Dios el Padre de misericordias 

10 de agosto, 2022 - Majo Rivera



Tozer, en su libro Atributos de Dios se pregunta: «¿Es que acaso Dios está mostrando misericordia porque Jesús murió? No: Jesús murió porque Dios está mostrando misericordia. Fue la misericordia de Dios la que nos dio el Calvario». Esta frase me impacta porque me recuerda que la misericordia de Dios no empezó en cierto punto de la historia, sino que revela quién Dios es. 


Dios es en esencia misericordioso y al Dios ser infinito podemos decir que su misericordia es infinita. Sin principio y sin final. 


Esto es imposible de entender para mí, cómo es posible que un ser Santo, un ser perfecto, hermosamente existente y pleno en sí mismo, haya decidido dejar Su gloria para someterse a sus criaturas, entregarse por ellas, ser maltratado por ellas, con el objetivo de salvarlas y pasar la eternidad a su lado. 


Sé que nada de esto merezco, pero incomprensiblemente se me ha dado. Tenemos un Dios que no nos ha tratado conforme a nuestros pecados, ni conforme a lo que merecemos, sino por el contrario ha sido paciente con nosotros. Su ira ha sido lenta en revelarse y por el contrario su misericordia nos ha hallado con más rapidez y grandeza. No se me ha pagado conforme a lo que mis actos merecen y eso no es todo, sino que cada mañana recibo nuevas misericordias conforme a mis necesidades.


Tenemos un Dios que se compadece activamente del sufrimiento de sus hijos. No es un Dios que mira nuestro sufrimiento y dice: «¡Eso te pasa por comportarte así!» No, es un Dios que sufre con sus hijos, no se deleita en nuestras consecuencias. Aunque ellas son parte de Su fidelidad con nosotros, Él sufre cuando sufrimos. 


Tenemos un Padre de misericordias y Dios de toda consolación dice Pablo (2 Co 1:3), tenemos un Padre que sobrepasa al mejor modelo paternal que hayas conocido en esta tierra y se aleja drásticamente del modelo de padre tóxico, inmaduro o maltratador. 


La realidad de quién es Dios como Padre de misericordias es tan lejana a nosotros que no logramos ni siquiera comprenderlo. De hecho Tomas Goodwin decía que Dios es más Padre de misericordias, de lo que Satanás es padre del pecado. Como para tener una ilustración que nos ayude en algo a acercarnos un poco a quién es nuestro Dios. 


Al ser el Padre de misericordias, podemos ligeramente entender que de Él nace la misericordia, Él es la fuente de la misma. Todo ejemplo que veas en tu vida de misericordia te debe apuntar a Aquel que lo es infinitamente y que lo ha sido siempre, Aquel quien además lo es perfectamente y sin pecado. 


Cuando medito en la misericordia de Dios en mi vida no puedo sino sorprenderme de cómo es que Dios me trata y trata a aquellos a los que yo les daría una o dos lecciones para que les quede claro cómo deben vivir. Pero Él no es así, Él es abundante en misericordia, es tardo para la ira, es manso, es humilde. Él no es como yo y yo definitivamente no soy como Él. Si yo hubiera tenido que salvar a la humanidad, en definitiva no me hubiese salvado a mi, ni a varias de las personas que conozco. 


Pero a lo malo del mundo Dios llamó, para que Su misericordia sea manifiesta en su totalidad. Para que quede evidencia que no es porque lo merecíamos, sino porque Él es infinitamente misericordioso. Se compadeció de nuestros pecados, de nuestra vida inútil, oscura y triste, y nos alejó de todo ello. Para que viviéramos eternamente con Él. Para que disfrutáramos de lo que nunca pensamos experimentar: a un Dios que nos ha llamado hijos, con quien hoy podemos relacionarnos como Padre y que además nos quiere cerca suyo, mostrándonos diariamente cómo Él es y que a ese amor incomprensible y compasivo también hemos sido llamados a vivir, para que otros puedan conocerlo a Él.